¿Qué le espera a Cuba en el 2022?

Vaticinar el futuro es siempre una propuesta riesgosa cualquiera que sea el asunto del vaticinio y Cuba no es una excepción. Sin embargo, si como hasta ahora el país lograra mantener en jaque a la pandemia eso sería un punto a favor del régimen para fortalecer la confianza en su gestión por parte del cubano de a pie que ha visto con agrado como los picos de positivos diarios de julio y de agosto; y de las muertes provocadas por el COVID-19 han quedado atrás. Si esta situación de control sanitario perdurara en el tiempo no solo se vería beneficiado el ya maltrecho sistema de salud cubano sino también su economía que depende en alto grado del turismo.

El 85 por ciento de la población nacional de 11,2 millones de personas ha recibido el ciclo completo de alguna de las tres vacunas que Cuba ha desarrollado contra la covid 19: Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus. La campaña de inmunización incluye a los menores a partir de los dos años.

Por otra parte, algunos países como Venezuela, Nicaragua, Irán, Vietnam y México han autorizado el uso de emergencia de las fórmulas cubanas contra el COVID-19 19; Cuba ha asegurado recientemente que ha iniciado la producción de sus vacunas en una nueva planta y que se encuentra en el proceso para presentar ante la OMS la documentación necesaria que permitiría la legitimación de estas y eso dicho de otra forma se traduce en ingresos en divisas.

No obstante, no olvidemos que el 2021 fue un año histórico en que se produjeron manifestaciones a lo largo y ancho de la Isla como expresión del descontento popular. Es probable que el confinamiento y el mayor acceso a Internet y a la telefonía celular por parte de los cubanos haya catapultado las protestas. 2021 fue un año más de crisis económica, de endurecimiento de las sanciones estadounidenses y de mala gestión del gobierno. Un año más de escases de alimentos y de medicamentos en el que regresaron los apagones y en el que la inflación encareció la vida del cubano que además no ve en Díaz Canel a un líder. Todo lo anterior sirvió de cardo de cultivo para que de manera espontánea las personas salieran a protestar contra el gobierno.

Veámoslo en cifras: entre marzo de 2021 y septiembre de 2021, el producto interno bruto (PIB) de Cuba se derrumbó un 13 %, según datos del gobierno. La reapertura al turismo en el último trimestre de 2021 puede que haya permitido cerrar el 2021 con un 2 por ciento de crecimiento; sin embargo, la inflación, en el mercado informal, se había disparado casi hasta el 7 por ciento mientras que en el comercio minorista el gobierno estimaba cerrar 2021 con un alza de los precios en el orden del 70 %.

Donald Trump, durante su mandato (2017-2021), endureció con 243 nuevas las sanciones la postura estadounidense contra Cuba y revirtió el proceso de acercamiento entre los dos países iniciado por su antecesor, Barack Obama (2009-2017).

El actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden aun cuando, en campaña, prometió eliminar el último paquete de sanciones impuesto a Cuba, al menos, durante su primer año de mandato no lo ha hecho. La política de su gobierno con respecto a Cuba se encuentra bajo revisión y en caso de que haya algún cambio durante el presente año en realidad lo que podría esperarse es que no se regrese al momento de acercamiento propiciado por Obama y eso está dado, entre otros factores, por la respuesta del gobierno cubano a las protestas que detuvo a 1300 personas, de las que las que casi 700 continúan actualmente en prisión o con medidas cautelares de privacion de libertad mientras avanza el proceso legal en su contra.

Díaz Canel ha dicho recientemente que en Cuba “no hay presos políticos” y que los cubanos “pueden manifestarse libremente”. ONGs, gobiernos y organismos internacionales no lo ven así y han expresado sus críticas a la política del régimen contra los opositores del 11 de julio que no solo fueron activistas reconocidos sino también ciudadanos anónimos.

El 2022 podría no ser el año que esperan muchos cubanos en la Isla porque la amenaza que ahora representa ómicron para el turismo podría frustrar cualquier esfuerzo de recuperación ligado por supuesto a un mal que sigue siendo un lastre mayúsculo, la mala gestión del gobierno.

Y las protestas podrían regresar en 2022 aun cuando las de noviembre 15 fueron frustradas debido al despliegue de la Seguridad del Estado, aun cuando las condenas a los que salieron el 11 de julio son altas, -algunas sobrepasan los 20 años en prisión-, y aun cuando se observa la carencia de un líder. Uno quiso creer que en Archipiélago estaría ese líder, pero al menos hasta este momento tal líder no existe.  Es probable que el embrión esté creciendo en ese vientre o en otro conocido o por conocer. Y que la fortaleza de su existencia tenga que ver con el entendimiento de que el mundo cambió y de que no vivimos ni 1959 ni la era de Martí y muchísimo menos la de Bolívar y San Martin.